domingo, 17 de octubre de 2010

El amor, tan potente como la cocaína

Los sentimientos apasionados consiguen aliviar el dolor tanto como lo hace un analgésico o incluso la droga más adictiva.

El amor es un fármaco milagroso. Y una droga potente. Literalmente. Investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanfordaseguran que los sentimientos que provocan las pasiones amorosas pueden ser increíblemente eficaces para aliviar el dolor, con un poder calmante similar al de los analgésicos o incluso al de drogas como la cocaína.
SEAN MACKEY / JARRED YOUNGER

El amor activa zonas del cerebro relacionadas con las buenas experiencias (en la imagen, en color)
«Cuando las personas están en fase de apasionamiento, hay alteraciones significativas en su estado de ánimo que influyen en su experiencia del dolor», explica Sea Mackey, autor principal del estudio, que se publica online en PLoS ONE. «Estamos empezando a identificar algunos de esos sistemas de recompensa en el cerebro, y a reconocer cómo influyen en el dolor», apunta. Un sistema en el que está involucrada la dopamina, un neurotransmisor que influye en el estado de ánimo, la recompensa y la motivación.
Quince parejas enamoradas
En el estudio, los científicos reunieron a parejas de jóvenes estudiantes de la Universidad de Stanford que se encontraban en sus nueve primeros meses de relación. «Queríamos que los sujetos que se sintieran eufóricos, energéticos, pensando obsesivamente en la persona amada», explican. Cuando el amor apasionado es descrito de esta forma, como una especie de locura, «de alguna manera suena a una adicción». Los investigadores dedujeron que tal vez este sentimiento implicara sistemas cerebrales similares a los que se reconocen en las adicciones, que están muy relacionados con la dopamina, el neurotransmisor en el cerebro que está íntimamente involucrado con buenas sensaciones.
Para salir de dudas, los científicos reclutaron a 15 estudiantes (ocho mujeres y siete hombres) para el estudio. A cada uno se les pidió que trajeran una foto de su pareja y otra de un conocido igualmente atractivo que fueron colocadas enfrente mientras se sometían al experimento. Los investigadores calentaron un estimulador térmico controlado por ordenador en la palma de la mano del sujeto para causar un dolor leve. Al mismo tiempo, su cerebro eran escaneado en una máquina funcional de resonancia magnética.

No hay comentarios:

Publicar un comentario